top of page

POSTS RECIENTES: 

Avisa cuando llegas

  • Foto del escritor: Macarena Sol Ismach
    Macarena Sol Ismach
  • 29 abr 2017
  • 3 Min. de lectura

¿Quién no le dijo eso a una amiga cuando se despidieron después de haber pasado un lindo rato juntas? Pero, ¿Por qué nos acostumbramos a eso? ¿Por qué tenemos que avisar que llegamos a casa sanas y salvas para que la otra se quede tranquila? ¿Por qué tengo que mandar un mensaje en mi grupo familiar de Whatsapp para que sepan dónde estoy y a qué hora vuelvo para que mis viejos duerman tranquilos? –Igual no duermen tranquilos hasta que no me ven entrar a casa-. ¿Por qué tenemos que vivir así? Ayer fue Araceli, hace algunas semanas Micaela, hace unos años Ángeles y tantas otras que no nos enteramos; mañana no sabemos quién puede ser. Puede ser tu mamá, la mía, tu mejor amiga, tu hermana, tu prima, vos o yo. La inseguridad, lamentablemente, es algo que ya tenemos asimilado, nos horroriza, nos asusta pero ya estamos acostumbrados a enterarnos que a fulano le entraron a robar a la casa, a mengano le robaron el auto, a sultano le robaron el celular en la calle, etc, etc, etc. Pero cada vez es peor, estamos hablando de desapariciones, muertes, violaciones y hasta descuartizamientos. Personas que salieron de su casa y nunca más volvieron. Padres destruidos de dolor sin saber dónde están sus hijos, familias enteras buscando aunque sea un cuerpo para poder enterrarlo en paz. ¿Por qué nos acostumbramos a este horror? Hace unos días mi abuela de casi 90 años me dijo una frase que me quedó rebotando en la cabeza: “Cuando los chicos -hablando de mi papá y sus hermanos- eran adolescentes y salían también pasaban cosas; pero yo no me preocupaba tanto, porque en esa época los ladrones estaban, pero eran solo ladrones, robaban y se iban corriendo. Hoy el ladrón es más que eso, roba, mata y hasta viola. Es todo peor”. Ella que crió cinco hijos, hace más de 60 años, que hoy tiene nietos y hasta bisnietos la tiene más clara que muchos. Más clara que la justicia y la policía. ¿Por qué alguien que mató y/o violó, que fue condenado, que DEBE estar preso, está libre? ¿Por qué está en la calle, caminando entre nosotros cuando debería estar tras las rejas cumpliendo una condena? Hoy el miedo nos invade, dejamos de hacer lo que nos gusta, lo que nos divierte por miedo. Miedo a que te pase algo, miedo a no volver a casa, miedo a que te roben. Dejamos de salir de noche, de ir al teatro, al cine, a recitales, a cenar, a tomar algo con amigos, por cuidarnos. Hoy arreglas para salir si y solo si, sabes cómo volver a casa o donde pasar la noche. Antes de organizar una salida, combinas con alguien para volver juntos, para compartir el taxi; taxi o remis que por supuesto pedís en una agencia de confianza, igual nadie te saca el miedo. Sí, ese miedo otra vez. ¿Por qué tenemos que vivir con miedo si no hacemos nada malo? Yo no quiero perder a nadie, no quiero llorar ni a una amiga, ni a una compañera de la facultad, ni a una vecina, NI UNA MENOS. Solo quiero dejar de pedirle a mis amigas que me avisen cuando llegan a sus casas, quiero dejar de escuchar en la televisión que hay una nueva chica desaparecida y mucho menos escuchar sobre cuerpos enterrados o descuartizados, quiero hacer lo quiera libremente a la hora que quiera. ¿Tan difícil es? Se hacen marchas, se piden nuevas leyes, se pide un registro de violadores, se pide custodia, se ruega justicia pero parece nada servir, nada ser suficiente. Se que lo que pido es idílico, lamentablemente se que esto cada día va a ser peor, pero una parte de mi se niega a aceptarlo.

 
 
 

Comentarios


bottom of page