La máquina del tiempo
- Macarena Sol Ismach
- 9 jul 2016
- 1 Min. de lectura
Ayer formé parte del regreso a los escenarios de Bandana después de 12 años.


Haber podido estar en esa primera función fue super emocionante; pensar que yo las escuchaba cuando tenía entre 6 y 8 años y ahora los volví a ver con 20.
Ver como ese teatro explotaba de gente de mi edad y mucho más grande, cantando a los gritos las canciones que forman parte de nuestra infancia, me hizo pensar en todo lo que paso en estos años.
Cuantas cosas cambiaron, cuantas personas llegaron y cuantas se fueron de nuestras
vidas, quienes nos gustaría que hubieran entrado antes y cuantas -nos damos cuenta ahora- no deberían haber entrado nunca.
Haber estado en ese show junto a mis mejores amigas fue algo hermoso, volvimos a ser niñas por un rato, nos olvidamos de los problemas, de las cuestiones familiares, de los finales de la facultad, de los laburos...

Por unos cuantos minutos sólo estuvimos pendientes de disfrutar cada momento a full, de cantarnos todos los temas, de reírnos de nosotras y del resto de las fans descontroladas. Esas cuatro chicas, ya grandes, nos hicieron rebobinar el tiempo.
Que lindo sería tener un control remoto que nos permita parar, retroceder o adelantar la vida...

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